Un mundo feliz es un clásico de la literatura de este siglo, una sombría metáfora sobre el futuro. La novela describe un mundo en el que finalmente se han cumplido los peores vaticinios: triunfan los dioses del consumo y la comodidad, y el orbe se organiza en diez zonas en apariencia seguras y estables. Sin embargo, este mundo ha sacrificado valores especiales, y sus habitantes son procreados in vitro a imagen y semejanza de una cadena de montaje.
Como todo el mundo sabe, este libro es una de las distopías más famosas de la historia de la literatura, nos presentan un mundo en el que todo está programado y con finalidad de felicidad y estabilidad común. No está permitido ser diferente ni tener problemas ni hacer otra cosa que no sea aquella a la que estás destinado. Es una novela que me ha entretenido, me ha gustado, pero es un género que no me gusta excesivamente y por eso tampoco es que me haya gustado en exceso. Lo que me gustaría plantear aquí es el dilema que se plantean al final entre hombre nacido en un habitat "salvaje" y un hombre creado según lo que dicta la sociedad imperante: ¿Qué es preferible: felicidad o libertad? Todos estaremos de acuerdo en que nos encantaría ser plenamente felices, o eso creo yo; pero o creo que sea justo vivir como una maquinita prediseñada para que haga tal o cual cosa. La novela plantea los inconvenientes y las ventajas de la felicidad plena; pero sinceramente, ese no es mi prototipo de felicidad, porque si para ser feliz tengo que ser una oveja en un rebaño, es decir, tengo que renunciar a la libertad, yo ya no soy feliz, si creo que llegar a ser feliz siendo libre puede ser difícil, ser feliz sin ser libre creo que es imposible.
El protagonista de esta novela no es feliz ni con libertad ni sin ella, eso que tanto ansiaba, la civilización, se volvió contra él y acabó siendo su final.
Por eso, el protagonista no es feliz siendo libre, no es feliz estando en la civilización, no es feliz siendo salvaje, no es feliz en ningún momento, no hay esperanza, no hay salida.
El libro tiene un mensaje muy pesimista, el protagonista cuando no se sale con la suya en vez de intentar enfrentarse, huye, es cobarde.
De verdad, esperaba mucho más de esta novela. me ha gustado, pero tampoco es para tanto.
Sin embargo, aunque la historia no me ha gustado demasiado, su estilo de escritura rápido, con saltos, bastante cinematográfico, me ha encantado.
Aldous Huxley (1894-1963) es autor de varias novelas y ensayos que han recibido el aplauso unánime de la crítica y el público, como Contrapunto, La isla y Las puertas de la percepción. Con Un mundo feliz dio a conocer una de las utopías más inquietantes del siglo, así como un talento literario difícilmente superable.